20 de Septiembre de 2013
Si tuviera que definir esta jornada en una frase sería: diez horas en coche con alguna parada.
En efecto, hoy toca recoger el coche que hemos alquilado en el aeropuerto. Así que nos levantamos muy temprano, desayunamos y vamos calle arriba tirando de las maletas hasta la estación de tranvía.
El alquiler lo habíamos reservado a través de “Economy car hire”, un comparador británico, en la compañía “Thrifty car rental”. Un FIAT Línea cupé, de 5 puertas. Amplio y cómodo, y a muy buen precio: 115€ por 4 días, sin límite de kilometraje e incluido seguro ampliado. La fianza nos fue devuelta a los pocos días de haber regresado a España y sin ningún contratiempo.
Saliendo de Estambul todo es muy verde
La verdad es que solemos alquilar coche cuando visitamos un país que merece la pena recorrerse por carretera, para tener la libertad de movernos a nuestro aire; y este ha sido el mejor coche que alquilamos en relación calidad-precio.
Lo recogemos en el aeropuerto. Una vez concluidas las gestiones burocráticas, nos plantamos en la carretera. Son las 12 de la mañana.
Comienza la aventura para salir de Estambul. Si queréis conocer los detalles, podéis leerlos en el apartado “Se puede conducir en Turquía y sobrevivir para contarlo”.
Nos pasaremos el día en la carretera. Lo más emocionante del viaje es cruzar el puente Boğaziçi, de 1074 metros de largo, que atraviesa el Bósforo y nos pone por primera vez en nuestras vidas, frente a un cartel que reza: Welcome to Asia.
Todo el camino recorrido
Nos dirigimos siempre hacia el sur, hacia el interior del país. Y llegamos a Pamukkale siendo ya de noche.
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