miércoles, 17 de junio de 2015

CRACOVIA - CURIOSIDADES Y CONSEJOS




Modernidad y conservadurismo

Una y otra cosa llaman poderosamente la atención del viajero primerizo en Polonia. Este es un país que encaja perfectamente en los estándares europeos: las ciudades son modernas, tiene buenas infraestructuras y su población disfruta de una calidad de vida alta. Esto es algo nuevo para un pueblo acostumbrado a la pobreza y a la inestabilidad.

Museo de Arte Contemporáneo de Cracovia

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial Polonia era un país preindustrial: la mayoría de la población era rural y los caballos y mulas no habían sido sustituidos por coches y maquinaria agraria. De hecho cuando Hitler la invadió las divisiones de caballería polacas debieron enfrentarse a los panzer alemanes. Los años de ocupación fueron terribles y tras la guerra Polonia se había convertido en el país más devastado del mundo.
Al contrario que en la mayoría de países orientales el Gobierno comunista polaco fue incapaz de reconstruir una Polonia reducida a escombros y con una economía completamente estancada. Sólo en la década de los 60s se pudo hablar de cierta y moderada prosperidad, una quimera que no duraría mucho. En los 70s, década de esplendor para el Bloque Oriental, los precios empezaron a subir y los intentos de industrialización fracasaron uno tras otro. En estos años Polonia es el país más atrasado de toda la Europa comunista.
Como respuesta, en 1980 nace Solidarność, una suerte de movimiento político anticomunista, férreamente conservador y católico en el que ponen sus esperanzas muchos polacos cansados de la ineptitud de sus políticos. Con un Papa polaco profundamente anticomunista y el apoyo de líderes ultraconservadores como Margaret Tatcher y Ronald Reagan, Solidarność se cree capaz de derribar al Gobierno socialista y este, en 1981, instaura la Ley Marcial que durará todo un año. La lucha entre el líder opositor Lech Walesa y el presidente Wojciech Jaruzelski duró una década, terminando la victoria del primero.

Lech Walesa

Si bien el triunfo de Solidarność tiene un lado positivo: el derrocamiento de un gobierno incapaz y en ocasiones represivo, también supuso la instauración de una ideología política ultraconservadora. Por ejemplo, Walesa ilegalizó el Partido Comunista y obligó a que los diputados homosexuales se sentaran en la última fila del Parlamento.
Sin duda muestra del fracaso del comunismo, la sociedad polaca apenas exhibe  en la actualidad signos de progresismo. Los matrimonios suelen formarse a muy temprana edad (normalmente antes de los 22 años) y la inmensa mayoría de la población es muy religiosa, principalmente católicos y judíos. Es común ver judíos ortodoxos por las calles y un buen número de curas y monjas haciendo vida normal con sus hábitos. 
También los occidentales se sorprenderán al ver a polacos jóvenes realizar acciones casi decimonónicas, como chicos fumando en pipa, chicas fumando con boquilla, hombres saludando a mujeres haciendo el gesto de besar su mano y otras muchas cosas curiosas que se pueden observar sentados en la terraza de un bar.


No cambies dinero en domingos ni en días festivos

Las casas de cambio en Polonia se llaman kantor y las del centro de Cracovia suelen tener buenas ofertas de cambio, aunque varían bastante entre ellas. No habrá problema para cambiar dinero siempre y cuando lo realicéis en días laborables.
Nosotros regresamos de un viaje de cuatro días de Eslovaquia. Era sábado por la tarde y prácticamente no teníamos moneda local, por lo que lo primero que hicimos fue salir en busca de un kantor. Queríamos cambiar poco dinero, ya que el siguiente sería nuestro último día en el país.


Tras encontrar una caja de cambio con un precio razonable a la entrada, pasamos y cambiamos unos 100€. Cuando contamos el cambio resulta que éste estaba muy por debajo de lo que decía en el cartel de entrada. Es entonces cuando el hombre nos informó de que en los días no laborables las casas de cambio sólo aplican el cambio habitual con cifras superiores a 4.000zł (¡casi 1.000€!). Como esto se aplica a todos los kantor y el día siguiente seguiría siendo festivo no tuvimos más remedio que aceptar, perdiendo 25€. Si esto lo hubiésemos sabido habríamos cambiado antes de cruzar a Eslovaquia.
¡12,5 litros de cerveza tirados por el desagüe! ¡Qué locura!



Alquilar un coche en Cracovia 

No te voy a engañar. Si estáis pensando en centrar vuestro viaje a Polonia en Cracovia y sus alrededores no tiene sentido que alquiléis un coche, ya que el transporte público es muy barato y eficiente. Nosotros nos movimos por la ciudad en tranvía y fuimos a las Minas de Sal de Wieliczka y a Auschwitz en autobús sin el más mínimo problema.


Ahora bien, en nuestro caso queríamos dedicar algunos días a recorrer los Altos Tatras, la impresionante cadena montañosa del norte de Eslovaquia, por lo que alquilamos un vehículo en Cracovia y nos desplazamos hasta el país vecino. Fue una idea magnífica os la recomendamos a todos.
Hay numerosas empresas de alquiler que trabajan en esta urbe, aunque nosotros nos decantamos por StayPoland, una compañía local por la que alquilamos un Fiat Micra por tres días por 490zł. A las 10:00 un hombre nos trajo el coche y lo aparcó a la puerta de nuestro hotel. Tras el papeleo pertinente abrió el maletero, sacó una bicicleta plegable y volvió pedaleando a la oficina central de su compañía. Al regreso realizó la misma operación sólo que al revés. El servicio fue más que bueno.

Hermosas carretera camino de Eslovaquia

Por último decir que las carreteras son buenas, la señalización abundante y, en el caso de Eslovaquia, no hay que pagar un extra para cruzar la frontera (aunque creo haber leído en la página que sí hay un sobrecargo para pasar a otros países).

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