18 de Junio de 2012
Aún no ha amanecido y ya estamos camino del aeropuerto. Barajas está prácticamente vacío. Los pocos viajeros que nos encontramos bostezan arrastrando sus maletas. Es mi cumpleaños y lo comienzo con un café de máquina mientras esperamos en la cola de la puerta de embarque.
El vuelo con Ryanair no tiene sorpresas: sale con retraso, el desayuno en el avión nos cuesta un ojo de la cara y el aterrizaje en Cracovia es, por definirlo educadamente, poco elegante ;)
El Aeropuerto Juan Pablo II (el nombre es un anticipo de la que será una presencia constante del difunto Papa) es pequeño pero muy moderno. Nada más pasar la aduana unas pegatinas de colores te guían hasta la parada de autobús que te llevará de forma gratuita hasta la estación más cercana de tren. Nos llama la atención un grupo numeroso de jóvenes voluntarios que en distintos idiomas ofrecen ayuda a los turistas. No sabemos si este servicio es habitual o si se debe a la celebración de la Eurocopa en el país.
Lo primero que hacemos es cambiar algo de dinero, aunque sabemos que el cambio en el aeropuerto nunca tiene buenos precios, porque el transporte hasta el centro hay que pagarlo en la moneda local: zloty (el plural es zlote).
Una vez el autobús se llena nos traslada apenas unos mil metros hasta una estación que parece estar en medio de la nada. Es Kraków-Balice Airport. Allí nos recoge un tren ligero. En el interior una mujer cobra los billetes mientras el coche atraviesa una zona boscosa rumbo al centro de la ciudad. Por 10zł cada uno nos plantamos en la estación central de Kraków Glówny. Mapa en mano nos disponemos a encontrar el hotel.
Kraków Glówny
Junto a la estación hay un enorme centro comercial: la Galeria Krakowska, que según dicen es un lugar idóneo si te gusta ir de compras. Por supuesto nosotros no lo visitamos porque si no somos asiduos a centros comerciales en nuestro país muchísimo menos cuando salimos fuera.
Al salir recibimos un golpe de calor y humedad que desde luego no esperábamos en esta zona de Europa. Tanto es así que cuando llegamos al hotel la recepcionista se apiada de nosotros y lo primero que hace fue ofrecernos agua fresca.
El Biskupia Yourplace Apartements no es ni mucho menos la opción más barata de la ciudad pero ya sólo por su ubicación merece la pena: a 200 metros del casco antiguo y a 700 de la famosa Puerta Florianska.
Nos alojamos. El calor ha hecho mella en mí que, además, he viajado sin dormir. Me hecho una siesta mientras mis padres salen a comprar algo para almorzar. Vuelven al rato con una pizza y unos refrescos. Tras comer y descansar un rato salimos a conocer la ciudad.
Cracovia tiene uno de los cascos antiguos mejor conservados que he visto. ¿La razón? Está rodeado de un anillo verde, un parque que lo protege. En su interior no se permite el tráfico salvo los servicios de emergencia, taxis y unos pequeños vehículos que se anuncian como city tours. Se trata de unos coches eléctricos que ofrecen diferentes recorridos, cubiertos por un toldo en el que puedes ver los idiomas disponibles en las audioguías y los lugares por los que pasan. Una opción interesante si no estás en forma para patearte la ciudad.
Parque en torno al casco antiguo
Saliendo del hotel nos dirigimos al parque que antes mencionamos y a la primera oportunidad nos metemos a callejear buscando una casa de cambio. La primera parada interesante que hacemos frente a la Iglesia de la Transfiguración, un edificio sencillo de color blanco precedido de dos bustos.
Iglesia de la Transfiguración
Siguiendo por esa calle nos sumergimos en ulica Florianska, la calle más famosa de la ciudad. Se trata de un agradable recorrido de unos 350 metros repleto de comercios que va desde la Puerta Florianska hasta la Plaza del Mercado. Es uno de los mejores lugares para cambiar dinero. Como consejo compara precios, pues de una a otra casa de cambio hay muchísima diferencia y ni se te ocurra cambiar en domingo o festivo porque los precios son de robo.
Puerta Florianska
La Puerta Florianska es la entrada más emblemática de la ciudad, data del siglo XIV y a ambos lados conserva un fragmento de la antigua muralla que la rodeaba.
Una vez en la Plaza del Mercado lo primero que nos llama la atención son dos inmensos edificios que se encuentran uno al lado del otro: la Basílica de Santa María y el Sukiennice (traducido al español como mercado o lonja de los paños).
Plaza del Mercado
La plaza es en sí un gran atractivo turístico. Con 40.000 metros cuadrados es la plaza medieval más grande de Europa. En ella puedes ver el ir y venir de turistas y lugareños, vendedores ambulantes, calesas…, pero lo que más nos atrajo en ese momento fueron las numerosas terrazas donde puedes disfrutar de una cerveza bien fría contemplando el movimiento. En casi todos los lugares por 4zł te sirven una jarra de medio litro de cerveza nacional. La primera que probamos fue la Zywiec sentados frente a la Torre del Ayuntamiento. Estando allí escuchamos una melodía de trompeta proveniente del campanario de la Basílica de Santa María, situada en el otro lado de la plaza. Después descubrimos que esta ceremonia, que se realiza cada hora, guarda una interesante historia:
Torre del Ayuntamiento
Corría el siglo XIII y la sombra de una invasión tártara se cernía sobre la ciudad. Un día Hejnal Mariacki, el vigilante apostado en lo alto del campanario, divisó a los temidos invasores. Como mandaba el protocolo hizo sonar la melodía que alertaría a la población. Pero de repente el sonido de la trompeta se apagó de forma brusca. Una flecha tártara había alcanzado al trompetista y le había dado muerte. Sin embargo, gracias a su aviso la ciudad pudo repeler el ataque y, desde entonces, como homenaje, un músico hace sonar la trompeta cada hora repitiendo la melodía que Henjal tocó y deteniéndose bruscamente en la nota justa en la que fue abatido. Como curiosidad decir que en el único período en el que no se realizó esta ceremonia fue durante la ocupación alemana entre 1939 y 1945.
La otra visita indispensable del lugar es el Sukiennice o Lonja de los Paños, un inmenso edificio alargado de arquitectura renacentista donde se agolpan los comercios, antiguamente mercaderes de ropa y en la actualidad tiendas de souvenirs.
El mercado es tan antiguo como la plaza (data del siglo XIII aunque debido a un incendio en 1555 el edificio actual es muy posterior al original. Lo más interesante de visitarlo no son tanto las compras sino disfrutar de la belleza arquitectónica.
Campanario de la basílica
La otra visita indispensable del lugar es el Sukiennice o Lonja de los Paños, un inmenso edificio alargado de arquitectura renacentista donde se agolpan los comercios, antiguamente mercaderes de ropa y en la actualidad tiendas de souvenirs.
El mercado es tan antiguo como la plaza (data del siglo XIII aunque debido a un incendio en 1555 el edificio actual es muy posterior al original. Lo más interesante de visitarlo no son tanto las compras sino disfrutar de la belleza arquitectónica.
Como primera toma de contacto por hoy ha sido suficiente. Volvemos al hotel a descansar y a prepararnos para un largo día mañana.
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