7 de Enero de 2015
Cuando nos levantamos la nieve ya cubre hasta el último
rincón del pueblo. Miramos por las ventana y vemos el coche, que hoy no vamos a
coger, completamente blanco en el parking.
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Bajamos a desayunar al restaurante
del hotel, una lujosa reminiscencia de época comunista, un lugar amplísimo, con
un ambiente muy acogedor, en madera, con mobiliario macizo, con grandes
ventanales con vistas al pueblo y con una fina decoración navideña a base de
copos de nieve y bailarinas de papel.
Bajamos por las calles nevadas hacia el centro del
pueblo. De camino mi madre resbala y se cae. Mi padre, que venía tras nuestro,
vino corriendo, armado con la cámara, para conseguir la ansiada foto. No pasó
de ahí ;)
![](https://scontent-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xat1/v/t1.0-9/10917077_1063276120365023_6241796710798850309_n.jpg?oh=b1a532903b9f8a8a8d37ec9efb6c9627&oe=55D29E20)
Aquí la susodicha foto
Tryavna es en sí un pueblo pequeño, y además de pasear
por sus calles y comer en sus estupendas mejanas tiene un par de lugares de
interés. El primero es el Museo de los Iconos, una amplia colección de pintura
ortodoxa del siglo XIX que los entendidos afirman que es magnífica. Si te gusta
el arte religioso no te puedes perder esta exposición de los doscientos
pintores de iconos formados en esta población. Sin embargo, si por algo es
conocida Tryavna es por ser el centro de del tallado de madera de Bulgaria. El
pueblo en sí parece una obra maestra moldeada con este material. Es aquí donde
aparece otra de las atracciones turísticas de Tryavna: sus casas museo.
![](https://fbcdn-sphotos-a-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xtf1/v/t1.0-9/10919056_1063276283698340_7118082602987679529_n.jpg?oh=37a573c3e4469047c8e190e6ccf347df&oe=55C67500&__gda__=1441059752_49b27a6cf807d86f690ce1e1d6281d1b)
Nosotros visitamos la Casa Daskalov, construida para
Jristo Daskalov, mercader de aceite de rosa y seda. No hay mejor lugar para
empaparse de la historia tallista del lugar. De las dos alas de la casa, una
acoge una exposición de tallas e iconos, siendo las más notables lass
pertenecientes a los reyes de la Bulgaria Medieval.
![](https://scontent-mad.xx.fbcdn.net/hphotos-xtf1/v/t1.0-9/10704195_1063276477031654_394656057006567610_n.jpg?oh=13f82f9913570a0084abb328d4468c66&oe=55C9629A)
Casa Daskalov
El otro ala está decorada
como sería la casa en origen, y guarda una curiosa historia. Jristo Daskslov
contrató al maestro tallista Dimitûr Oshasnetsa y a su más avanzado discípulo,
Ivan Bochukovetsa. Ambos se sumergieron en una competición por la elaboración
de los techos de dos habitaciones. Durante días no salieron de las mismas,
mientras que fuera Daskalov y sus vecinos hacían apuestas sobre cuál sería la
obra más bella. Finalmente se presentaron los resultados: Bochukovetsa realizó
el Sol de Julio, que le ganó el título de maestro.
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Sol de Junio de Bochukovetsa
Sin embargo el ganador fue
Oshanetsa, con su Sol de Mayo, que hizo que Daskalov le entregara a su hija en
matrimonio.
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Sol de Mayo de Oshanetsa
Saliendo de la casa nos encontramos con tres perros que
se acercan muy amigables para que los acariciemos. Luego nos siguieron mientras
paseamos al lado del río que da nombre al pueblo. Cruzándolo está la Plaza
Dyado Nikola, con la Torre del Reloj a un lado y las Iglesia del Arcángel San
Miguel. Sin embargo, el frío ya se siente mucho por lo que decidimos hacer algo
muy búlgaro: parar a media mañana a tomar una sopa en una mejana: dos sopas y
un café para mi vegetariana madre harta de sopa de legumbres, por 5lv.
Después paseamos por la calle Ángel Kunchev, la más
transitada de Tryavna. No es muy larga, pero es un agradable paseo que cruza el
puente que está al lado de la mejana Starata Kûshta. Tras cambiar algo de
dinero en un banco regresamos a la Plaza Dyado Nikola para entrar a la Iglesia
del Arcángel San Miguel.
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Iglesia del Arcángel San Miguel
Bajando unas escaleras se llega a una humilde estancia de
piedra y madera, que expone varios iconos y un iconostasio también de madera
(obviamente). También acoge un Museo de Iconos que no visitamos (para quien le
interese, la entrada es 1lv).
Frente a la iglesia está el Shkoloto, probablemente el
lugar más curioso de Tryavna. Es un hermoso edificio que acogió en el siglo XIX
una escuela. En torno a un patio con una fuente y una montaña de leña se
encontraban las aulas y habitaciones.
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Entrando al Shkoloto
Hoy en día sólo hay una estancia que
recrea una de las aulas antiguas, en la que se ven tres tipos de mesas que
mostraban la evolución en la forma de
aprendizaje de la escritura de los alumnos: unas huecas que contenían arena,
otras con lapiceros y otra con plumas y tinta. El alumno iba pasando por las
distintas etapas hasta llegar a la más avanzada, la escritura con pluma y
tinta.
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Aula y pupitres de escritura
Luego hay dos exposiciones, una de relojes antiguos y una magnífica
galería con cuadros y esculturas de los hermanos Dimitûr y Nikola Kazakov. Si
os atrae el arte tanto como a mí, y en especial el estilo entre cubista y
abstracto de los cuadros y el naíf de las esculturas, no os lo podéis perder.
Tras comer en la mejana Starata Kûshta (¿la tercera ver
que vais? Sí, id vosotros también y veréis por qué ;)) estuvimos dando vueltas
por la ciudad hasta el atardecer. Intentamos ir a la casa-museo del escritor
Petko Slaveykov (mi madre también lo es). Se suponía que cerraba a las 16:30 y
juraría haber escuchado movimiento en su interior, pero por más que llamamos a
la puerta nadie nos abrió. ¿Querrían salir antes y nosotros íbamos a
molestarles a las 15:15? Quién sabe.
El resto de nuestro día no tuvo mayor interés: escribir
en el diario de viaje, recontar el dinero gastado y preparar las maletas para
el día siguiente.
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